domingo, 12 de enero de 2014

Walter Benjamin y "sobre la fotografía"





“ Que no se piense que el daguerrotipo mata el arte”. Así es como la fotografía sigue suscitando a día de hoy la misma polémica que provocaba en siglos anteriores. Sufrió su maravilloso momento de auge y su horrible momento de decadencia.


 En la actualidad, no es que las cosas hayan adoptado otro camino, sino que el auge de ésta ha producido una tremenda decadencia en los resultados de las imágenes tal y como sucedió en la época que nos relata Walter Benjamin; la novedad acarreó una explotación desmesurada del medio que produjo un gran número de fotógrafos; de los cuales sólo algunos pocos eran merecedores del título, y como bien dice el refrán: “más vale poco y bueno, que mucho y malo”. La fotografía surge de la sucesión de distintos momentos; y su significado político se encuentra ligado a su precisión tecnológica. A lo largo del libro, critica como  el abuso extremo de la fotografía  ha desencadenado que ésta se convierta en un “arte de feria”. En sus páginas, W.Benjamin nos muestra la preocupación del arte y cómo éste se siente amenazado por la aparición de esta nueva técnica; la fotografía. Baudelaire tachaba el daguerrotipo de subversivo y aterrador; una nueva máquina ( la cámara fotográfica ) era la encargada de reproducir en imágenes la exactitud del momento instantáneo. Este nuevo invento que trajo el francés Daguerre al mundo, se trataba de una novedad incontrolada que pretendía sustituir a la pintura. Las primeras fotografías ofrecen por tanto, el encuentro entre la máquina y el hombre.

En el libro “Sobre la fotografía”, Walter Benjamin nos presenta sus opiniones más detalladas 
comparándolas con los pensamientos de otros críticos y artistas acerca de sus visiones sobre el nuevo descubrimiento de la fotografía. En el segundo capítulo, denominado “Algo nuevo acerca de las flores”; comienza relatando que la fotografía es tan novedosa que no posee unos límites marcados por lo que cualquier búsqueda constituye unos resultados imaginativos y originales; de los que la técnica es la encargada. “El analfabeto del futuro no será el inexperto en la escritura sino el desconocedor de la fotografía”. La fotografía es la encargada de reproducir lo que el ojo no puede saciar; de capturar aquello que nuestra retina no es capaz de almacenar en la memoria. Por lo que resultaba tremendamente necesaria la invención de la fotografía para fijar aquellas primeras imágenes que se lograron mediante la utilización de la cámara oscura. El aprovechamiento del nuevo hallazgo hizo de ésta algo público y provocó su desarrollo acelerado.



Uno de los párrafos más destacables del libro y que más llamó mi atención se trata de un pequeño extracto de un periódico chovinista llamado “Der Leipziger Anzeiger”, situado en el importante capítulo “Pequeña historia sobre la fotografía”; en el cuál se trata a la fotografía como un “diabólico artificio francés” y se cita la siguiente frase descriptiva de este nuevo invento: “ querer fijar fugaces reflejos no es sólo una cosa imposible, tal como ha quedado probado después de una concienzuda investigación alemana, sino que el mero hecho de desearlo es por sí una blasfemia. El hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y ninguna máquina humana puede fijar la imagen divina. A lo sumo podrá el divino artista, entusiasmado por una inspiración celestial, atreverse a reproducir, en un instante de consagración suprema, obedeciendo el alto mandato de su genio, sin ayuda de maquinaria alguna, los rasgos en los que el hombre se asemeja a Dios”. Esto explica como la ignorancia de lo nuevo genera un miedo sobre lo desconocido, una máquina que genera imágenes de la realidad es algo inconcebible para muchos; y en ciertos aspectos esta parrafada tiene mucho de cierto ya que la cámara encierra ese mundo que nos rodea, pero nunca será esa replica exacta del momento ni del instante; algo tan efímero es imposible retener. Para nuestro autor, la fotografía es: “ un minuto que ya pasó y que anida el futuro y podemos descubrirlo mirando atrás”. Para Walter Benjamin la fotografía es pasado, presente y futuro.




Por Jennifer Custodio.


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